Bullying: qué es, consecuencias y estrategias de prevención
La palabra bullying viene del inglés y significa intimidación. En los últimos años el bullying o acoso escolar ha sido uno de los principales problemas que ha afectado a niños y adolescentes en etapa escolar.
Se trata de un tipo de acoso entre iguales. De niño a niño. Todas las agresiones, maltratos o cualquier acción que tome un niño en perjuicio de otro, para dañarlo tanto física, psicológica o emocionalmente, son consideradas bullying.
Este tipo de acoso suele basarse en acciones que someten al escarnio público a algún compañero de clases. Estas acciones se producen en respuesta a alguna diferencia entre los niños, que puede ser de tipo racial, social, etc., y que deriva en la discriminación, el maltrato y el acoso del estudiante diferente.
El bullying es consecuencia de la incomprensión, la intolerancia y la desinformación. La persona que lo practica lo hace para imponer su poder sobre el otro, valiéndose de amenazas, insultos, agresiones o vejaciones.
En la mayor parte de los casos de acoso escolar la victima sufre callada. Este maltrato los hace sentir dolor, angustia y miedo, tan fuertes que pueden conducir incluso al suicidio en los casos más graves.
El bullying es un tipo de acoso sistemático, el cual se produce reiteradamente durante un período de tiempo por parte de uno o más acosadores a una o varias víctimas. Según expertos en el área, el bullying implica tres componentes clave:
- Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o solo percibido por la víctima.
- La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de modo intencionado.
- Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, el cual se produce de forma reiterada.
En España, las estadísticas revelan que aproximadamente 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por el bullying de manera constante y 5,7 por ciento lo vive ocasionalmente.
Tipos de bullying
El bullying o acoso escolar puede ser de diferentes tipos, los cuales se presentan, generalmente, en forma simultánea.
Físico: consiste en agresión directa, lo que incluye patadas, empujones, golpes o cualquier otro tipo de violencia física. Además, este tipo de bullying puede ser indirecto, por ejemplo cuando se producen daños materiales a los objetos de la víctima o incluso robos.
Verbal: este tipo de bullying es el más común. Las humillaciones, insultos, menosprecios en público, burlas, propagación de rumores falsos, mensajes de texto o llamadas telefónicas ofensivas, lenguaje sexual indecente, etc., entran en este tipo de acoso.
El acoso verbal no deja huellas físicas, pero causa daños irreparables en la autoestima de la víctima.
Psicológico: consiste en la realización de amenazas con el objetivo de sembrar miedo en la víctima. Muchas veces estas amenazas se utilizan para conseguir dinero o algún objeto de valor que sea posesión del niño acosado, o simplemente para obligarlo a hacer cosas que no quiere o no debe hacer.
Social: este tipo de acoso se basa en la exclusión y aislamiento progresivo de la víctima. Los acosadores le impiden participar en las actividades normales que se derivan de la convivencia escolar.
Consecuencias del bullying
El bullying trae consecuencias negativas que perjudican el desarrollo de los niños y jóvenes, no solo de los que son víctimas, sino también de los acosadores y de los testigos del acoso.
Consecuencias para las víctimas directas de bullying:
- Sentimiento de culpa e imposibilidad de actuar ante el acoso.
- A menudo las víctimas se retraen y se abstienen de socializar por miedo a la humillación.
- Tienen posibilidad de sufrir graves daños psicológicos, no solo presentes sino también en el futuro.
- Tienen una gran probabilidad de abandonar los estudios por miedo a asistir a la escuela.
- Pueden tomar represalias, utilizando la violencia, contra su agresor o contra sí mismos.
Consecuencias para los agresores:
- Tienen más probabilidades de involucrarse en peleas y de desarrollar comportamientos agresivos.
- Frecuentemente les va mal en la escuela y pueden incluso llegar a abandonar los estudios.
- Son más propensos a tener problemas con la ley.
- Tienen más probabilidades de ser abusivos en un futuro.
- Son más proclives a tener problemas durante su adolescencia o adultez.
Consecuencias para los testigos de las agresiones:
- Pueden sentirse mal o culpables por ser incapaces de frenar la agresión.
- Pueden sentirse cómplices de la agresión.
- Desarrollan miedo a ser agredidos.
- Son propensos a sufrir daños emocionales derivados de las agresiones.
- Tienen altas probabilidades de no asistir a la escuela por temor a ser agredidos.
Ante el bullying, los padres y el personal de la escuela deben unirse y aplicar estrategias para frenar el avance de esta práctica tan dañina y perjudicial para los jóvenes y niños.
Es necesario que los padres escuchemos a nuestros hijos, prestemos mucha atención a su conducta y estemos atentos ante cualquier cambio, además de hablarles sobre el bullying y sus efectos. Algunas recomendaciones para los padres son las siguientes:
Hablar con los hijos sobre el bullying, hacerles entender que esta práctica es inaceptable y que no deben apoyarla. Todos merecen ser tratados con respeto.
Escuchar a los niños y tomar en serio lo que digan sobre el bullying. Es importante animarlos a hablar y buscar la ayuda de las autoridades escolares.
Debemos estar atentos a las señales de advertencia ya que nuestros hijos pueden estar siendo víctimas de bullying. Estas señales pueden incluir ansiedad, miedo de ir a la escuela, o disminución repentina del rendimiento académico.
De igual forma, tanto los educadores como las instituciones educativas deben tomar cartas y concientizar a los estudiantes sobre la gravedad del bullying y la importancia de denunciar los abusos.
Es muy buena opción crear programas para prevenir el bullying en la escuela. En dichos programas deben colaborar los estudiantes, maestros, consejeros, directores y padres. Además, se pueden realizar asambleas donde se fomente la sensibilización y el dialogo entre los estudiantes y el personal de la escuela contra el acoso escolar.
Dentro de las aulas, es importante que se anime a los estudiantes a denunciar el bullying y dejar en claro que este tipo de prácticas tiene una sanción. En caso de presentarse acoso, es necesario tomar medidas inmediatas para detener el incidente y hacer un seguimiento de la víctima.
Es importante asesorar, no solo a las víctimas, sino también a los agresores. Los límites y consecuencias que sean establecidos después de la agresión deben ser justos y adecuados al caso y a su gravedad.
El contacto entre los padres y la escuela es fundamental para prevenir y detectar el bullying.