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Tips para lidiar con hijos consentidos

Consentir a los hijos es un fenómeno muy común. Muchas veces los padres consentidores no tienen la intención de hacerlo, simplemente no saben cómo lidiar con cierto tipo de situaciones o cómo hacer que se cumplan las reglas.

Si cedes ante cualquier lloriqueo de tu hijo, permites que evada la realización de sus deberes o le compras demasiados juguetes o bocadillos, estás siendo un padre consentidor.

Sin embargo, no debes perder la esperanza si tu hijo es consentido, estás a tiempo de corregir su comportamiento, por el bien de tu hijo y por tu tranquilidad.

Evalúa el comportamiento de tu hijo

Si tu hijo suele tener rabietas o decir cosas inapropiadas para obtener lo que quiere, si te acosa o te pide algo incluso después de que se lo hayas negado, si actúa como si esperara que todo se haga como él quiere sin hacer ningún esfuerzo, entonces tu hijo es muy consentido.

Evalúa tu comportamiento

Debes hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿Tienes miedo a decirle que no a tu hijo? ¿Por qué? ¿Qué pasa cuando te niegas?
  • ¿Cedes ante peticiones que sabes que no deberías aceptar?
  • ¿Te retractas de los castigos que le pones tu hijo cuando no te obedece o reacciona de manera negativa?
  • ¿Con frecuencia le compras a tu hijo regalos que no necesita? ¿Tu hijo está acostumbrado a esto?

Si tu respuesta fue “si” a cualquiera de las preguntas anteriores, es muy probable que hayas contribuido con el comportamiento consentido de tu hijo.

Así que, tu hijo ha aprendido que no eres capaz de decirle que no, que eres inconsistente con las reglas y reglamentos y que no es necesario hacer nada especial o comportarse bien para obtener lo que desea.

Comienza por decir “no”

Es algo muy simple, pero si nunca lo has intentado te resultara un poco difícil. A veces es más fácil ceder a las demandas de tu hijo para evitar una rabieta, sin embargo, con esta actitud solo causas un efecto negativo en el desarrollo de la personalidad del niño.

Cuando empieces a decir no debes prepararte para la conmoción que esto le causará a tu hijo. Debes mantenerte firme y dejar de ceder ante sus rabietas, súplicas o lloriqueos.

Una vez que tus hijos comiencen a experimentar tus respuestas negativas, se irán acostumbrando gradualmente. Es un hecho de la vida que las personas no podemos tener todo lo que queremos y, mientras más pronto enfrentes a tu hijo a esta situación, mejor.

Otro aspecto que debes considerar es que no necesitas darle largas explicaciones a tus hijos de por qué les estás diciendo que no. Recuerda que tú eres la figura de autoridad y no debes iniciar discusiones con tu hijo que le hagan pensar que intentas convencerlo de tu decisión.

Negocia con tu hijo

Cuando tu hijo te pida algo, puedes pedirle que primero haga algo él por ti. Por ejemplo, si quiere jugar con un vecino o jugar videojuegos, pídele que limpie su habitación o que lave los platos primero. De esta manera tu hijo entenderá que los privilegios se ganan y que no puede imponerte su voluntad.

Establece límites claros

Es de suma importancia que tu hijo conozca las normas y reglas necesarias para la convivencia familiar. No podrá obedecerte si no sabe qué es lo que debe hacer.

Debes dejar en claro el porqué de estos límites, pero sin darle muchas explicaciones. Una vez establecidas las normas, debes hacerlas cumplir. Si no lo haces, tu hijo interpretará que puede ignorarte o desafiarte.

Cuando se viole una regla debe haber una consecuencia. Por supuesto, las consecuencias deben ser adecuadas a la falta y deben ser castigos que contribuyan a que el niño aprenda una lección. No debes agredirlos ni gritarles cuando rompan las reglas. Además, jamás debes amenazar a tu hijo o decirle que lo castigaras si hace algo y luego no cumplirlo.

Un niño consentido suele ser un niño desobediente e incontrolable. A pesar de que creas que hacer feliz a tu hijo es darle todo lo que quiera, te equivocas. Debes enseñarlos a esforzarse y a trabajar si desean conseguir algo. Este es un principio que les será muy valioso durante toda su vida.